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La Biriprensa III. Las llamadas de control y ocultación de la verdad

La Biriprensa III. Las llamadas de control y ocultación de la verdad

Por Raúl Amián

Durante estos años, algunos periodistas deportivos han ocultado ciertas informaciones que, según su criterio, resultaban incómodas para la causa y sus propios intereses. Como consecuencia de lo anterior, al ciudadano se le ha privado de un derecho fundamental recogido en la Constitución Española, como es el derecho a la información.

Nos encontramos ante la tercera entrega de esta serie de artículos de opinión que pretende como único objetivo, poner negro sobre blanco la motivación por la que la información deportiva que recibe a través de los medios de comunicación tradicionales,
no coincide con lo que realmente esté sucediendo a su alrededor, privándole así de elementos que le permitan llegar a la «verdad de las cosas».

Haciendo un pequeño resumen de los dos capítulos anteriores, llegamos a la conclusión de que el periodismo deportivo local sufre una crisis sin precedentes de la
que no se vislumbra ni fácil ni pronta solución. Los salarios de los periodistas son ridículos en comparación con su formación, y el porcentaje de paro que afecta al sector está muy por encima de la media de cualquier profesión. Existe verdadero pánico y miedo al vacío, sobre todo por parte de los periodistas que aprietan desde abajo.

Paralelamente a lo anterior, «los de Nervión», y aprovechando este escenario desolador, comienzan a implantar una hábil política de comunicación y marketing con
la finalidad de incrementar el número de seguidores y simpatizantes para con ello,
aumentar sus ingresos televisivos, publicitarios, abonados y «merchandising». Y todo
ello de forma legítima, aunque absolutamente criticable desde el punto de vista ético.

Para conseguir su objetivo deben vigilar lo que se publica de su entidad en los medios y como cualquier otra empresa, utilizan el método denominado «press clipping» que consiste en un dossier de prensa diario sobre todo lo que se dice y cómo se dice en relación con la marca, y de esa manera tomar decisiones. Si la información llegara a ser negativa, de seguro dañaría la imagen de la misma y con ello hacer que sus ingresos se
alteren a la baja. Aunque cabe convenir que lo más interesante para una empresa es llegar a controlar la información antes de que se publique y con ello, minimizar los
riesgos. Para conseguir dicho fin se utiliza el método de «la llamada».
«La llamada» se realiza, o al director de la publicación si es un medio deportivo, o al propio periodista siempre y cuando exista absoluta confianza. Últimamente hemos
asistido incluso hasta «llamadas» por parte de directivos de Nervión por vía Twitter, en abierto, sin desvergüenza y sobrepasando hasta la fina línea de la intimidad personal.

«Las llamadas» siempre se han hecho, se hacen y se harán en todas las redacciones y el éxito de la misma está directamente relacionado con el poder que ostente el que la realiza. Si la persona que realiza dicha llamada es el que decide quién es el periodista que se lleva ese año la dádiva a modo de sobresueldos, premios, cursos, viajes o futuros puestos de trabajo en otras entidades, convendremos que el periodista deportivo tiene muchas posibilidades de comprometer la verdad de la información e
inclinar la noticia y/o su opinión de forma más favorable hacia los intereses de quien le
llama. No obstante, aún así, se pueden producir tres escenarios.
El primero es no alterar la noticia o la opinión tras «la llamada». Sencillamente porque se es un PROFESIONAL, con mayúsculas, y se tiene más que contrastada la
información, haciendo de esta manera honor al periodismo y contando así la realidad de
lo que sucede en base a fuentes y datos que se manejan.

El segundo escenario que puede plantearse es esconder la información en el
contenido de la noticia y pasar de puntillas. Este recurso periodístico consiste en titular la noticia de forma que el lector entienda una cosa y en el interior de la misma, y con habilidad, se desenmascara lo importante. Con esta técnica se consigue mantener mínimamente la honestidad para con la profesión. El periodista deportivo sabe que el
90% del público se queda en los titulares. Siempre podrá defender que él ha contado la noticia. Escondida, pero la ha contado.

Y el tercero y menos ético es utilizar el recurso de no publicar la notica y
guardarla en el cajón de las vergüenzas para contentar a su mecenas y así este año, llevarse el premio.

Que se han ocultado noticias incómodas relacionadas con el club situado tras el centro comercial de Luis de Morales, no solamente es obvio sino que me consta a mí y a
otros PERIODISTAS, con mayúsculas, de nuestra ciudad que incrédulos, han presenciado cómo se miraba hacia otro lado en aras de ciertos intereses. PERIODISTAS, con mayúsculas, que tras denunciar lo anterior, han sido objeto de un aberrante complot biriperiodístico,
siendo amonestados y apartados de forma vergonzosa e ilegal, tal y como ha quedado demostrado con el tiempo y la acción de la justicia.

Y concluyo con una reflexión realizada en el primero de los capítulos del serial.

El «biriperiodismo» no es un problema exclusivo del aficionado bético sino que afecta a todos los aficionados en general sigan al club que sigan. La prostitución de la prensa deportiva de nuestra ciudad cada vez tiene menos argumentos para ningunear la marca «Betis» porque, en líneas generales se están haciendo las cosas bien a nivel de club y porque cada vez es más creciente el número de aficionados que no se toman en serio las informaciones de estos pseudoperiodistas.

Y es que la «biriprensa» es un mal animal que puede parecer gracioso para una parte de esta ciudad, pero que en cualquier momento puede volverse en su propia contra. Nada más hay que seguir los comentarios de uno de los impulsores del biriperiodismo para comprobar que «el monstruo» se le ha revuelto.

En estos días estamos asistiendo a un espectáculo más digno de la época de «Don Manué» y que está afectando a «la acera contraria». No sólo se tapan las vergüenzas de la gestión del club, sino que surge la corriente informativa y de opinión
de vender las supuestas bondades de una posible venta de la entidad nervionense a capital extranjero.
Y perdonen, y lo mismo no me entienden, pero hay cosas en nuestra bendita ciudad que son patrimonio de todos y todas, béticos y no béticos y en eso también nos
están engañando.

(RAÚL AMIÁN@RAULAMIAN, ENTRE OTROS CARGOS, HA EJERCIDO COMO GERENTE Y DIRECTOR DE RRHH DE LOS MEDIOS IMPRESOS DE PRISA EN ANDALUCÍA Y DIRECTOR DE MEDIOS EN EL GRUPO DE COMUNICACIÓN DE EL CORREO DE ANDALUCÍA.
EN LA ACTUALIDAD EJERCE COMO JURISTA-LABORISTA ESPECIALIZADO EN LA DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS Y COLABORANDO CON MÚLTIPLES ASOCIACIONES SIN ÁNIMO DE LUCRO)
1 Comment
  1. Bermejales

    Impresionante información.

    Eso sí, para un desconocedor como yo de la prensa deportiva sevillana sería conveniente algunos enlaces a esos tweets o el nombre de ese impulsor del biriperiodismo o, asimismo, enlaces a dichos ª comentarios de uno de los impulsores del biriperiodismo».

    O soy desconocedor de la prensa deportiva sevillana por dos razones:
    1.- Siempre he sido muy incrédulo acerca de sus «informaciones», donde veía que se inventaban noticias para tener seguimiento.
    2.- Sólo sigo información del Betis y sólo de sus canales oficiales o de los periodistas que manejan información «directa»

    Gracias y a continuar así, desenmascarando a todos estos personajes.

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