En el pasado día tuvimos la oportunidad de asistir a la explicación en persona de Haro y Catalán a las Peñas Béticas del pacto Bitton-Betis, de que ya seguro usted ha oído y leído suficiente. A los máximos dirigentes actuales del Club se les vio fuerte, convencidos en plenitud que el acuerdo era positivo para el Betis. Tras una defensa exhaustiva y a ultranza del mismo por parte de los directivos, los peñistas tomaron la voz y se escucharon discursos críticos sobre todo con la parcela deportiva, aunque también parecía que en el tema de la reunión, el acuerdo, la mayoría lo veía con buenos ojos.

Le honra a la Directiva la organización de eventos como el del miércoles, ya que estas reuniones demuestran que el beticismo, el aficionado de calle, si puede expresarse sea cual sea su opinión y que tal división tildada de guerra civil en el Betis, no existe en el aficionado, que lo que quiere primordialmente, como decía un joven peñista, es que “entre la pelotita”. Ahora, una vez supuestamente conseguida la estabilidad para 5 años, es el turno del proyecto deportivo, donde Haro y Catalán, como capitanes del barco, deberán estar en todo momento encima de Torrecilla para que este de los pasos adecuados y acertados que hagan crecer al Real Betis. Torrecilla no puede ser un verso libre que haga y deshaga a su antojo, trayendo a jugadores como  Zozulia, Nahuel, Felipe Gutiérrez o Donk, jugadores que han aportado poco o nada al proyecto y que se han convertido en una carga para el entrenador. Si hay algo que no esté funcionando actualmente en el Betis, es esta parcela…